poesía
Siempre, todo
Soy lo que ves
veinticuatro años en vida
aquello que ocurrió un año bisiesto
una palabra
un llanto.
Existo y es lo que tu ves;
un cuerpo resucitado
un poema mal escrito
un círculo abierto
una existencia que depende de
lo que tú quieres que sea.
Estrella, sombra, luz, fugaz.
Oscuridad, crepúsculo, fuego, ceniza,
ave fénix que encuentra cielo
árbol frondoso en el desierto
castillo fortificado rodeado de ruinas
la puerta que atraviesas
el lugar que llamas casa
tu porvenir
tus historias pasadas
el hoy que te pinta de azul
y el mañana ya veremos
una guerra perdida
soy porque tú,
siempre
porque yo,
todo.
Aprendiz
Hambrienta
Ahora que me quema la piel
el saberme inmune a la tristeza
aunque siga colocándose en mis dedos.
Ahora que he sido cenizas
puedo ser valiente
y hablar de incendio.
Con ojos y puños cerrados
gritar los miedos;
porque el amor está hecho para los hambrientos,
para los que saben que el fuego debe quemar,
los que viven de excesos
pero saben, cuando de sigilo,
los besos prohibidos,
los de vuelo y caída.
Hambrienta.
Tengo hambre de ti
de piel mojada
de sacar los miedos del escaparate
gritar las ganas
y esposadas las manos a la mesa,
y por qué no, al destino.
Poema 1
Raíces
Aquí
Te espero, aquí
Apartada de los relojes
Recalentando la cena
Dejando que el frío entre
por donde quiera
Por mis ventanas abiertas,
despierta como los perros
Arrancando todo lo que me pesa
El hambre y la pena.